La costa de Palamós, en la Costa Brava, es famosa por sus aguas cristalinas y su rica biodiversidad marina. Durante el mes de julio, se convierte en un paraíso para los amantes de la pesca, especialmente para aquellos en busca de barracudas, una especie emblemática que promete desafíos y emociones en cada lance. A continuación, compartimos una jornada de pesca inolvidable dedicada a estas majestuosas depredadoras.
Madrugón para empezar con fuerza
La jornada comenzó al amanecer, el momento ideal para buscar barracudas, ya que son más activas en las primeras horas de luz. Las condiciones eran perfectas: el mar en calma y una ligera brisa que hacía más agradable la salida en embarcación.
Técnicas y señuelos empleados
Para maximizar las posibilidades de éxito, se emplearon varias técnicas y señuelos diseñados para atraer a las barracudas. El curricán y la pesca al lanzado fueron las estrategias principales, ambas efectivas para esta especie depredadora. El equipo utilizado fue crucial para afrontar las mordidas rápidas y potentes de estas cazadoras:
Cañas y carretes:
- Crostage Super Light Jigging CRXJ-S66SU con Daiwa Crossfire LT 3000
- Shimano Exage 240 MH con Shimano Sienna 4000
Señuelos:
- Yo Zuri Crystal Minnow Deep Diver 110mm: ideal para el curricán, con una acción vibrante que imita a un pez herido.
- Rapala X-Rap Saltwater 120mm: perfecto para lances largos y eficaz en aguas más profundas.
- Caperlan Casting Jig 40gr: versátil y con gran capacidad para atraer a las barracudas en zonas de mayor corriente.
Primeras picadas: la emoción empieza
No pasó mucho tiempo antes de que el primer carrete comenzara a cantar. Una barracuda había mordido un Yo Zuri Crystal Minnow al curricán. La pelea fue intensa, con varias carreras rápidas y movimientos erráticos. Finalmente, conseguimos embarcarla: una barracuda de buen tamaño, con sus dientes afilados y su forma estilizada que caracteriza a esta especie.
Un lugar lleno de actividad
Durante toda la mañana, las barracudas demostraron ser las dueñas del lugar. Las picadas fueron frecuentes, con ejemplares que oscilaban entre los 2 y 5 kg. Además, la técnica al lanzado ofreció momentos emocionantes, ya que era posible ver a las barracudas persiguiendo los señuelos justo antes de atacar. Este comportamiento hizo que cada captura fuera visualmente impresionante.
El entorno: belleza natural de Palamós
Palamós no solo es un lugar excelente para la pesca, sino también un destino privilegiado por su entorno. Durante la jornada, las vistas del puerto, las calas cercanas y el horizonte marino añadieron un toque especial a la experiencia. El clima de julio, con temperaturas agradables y cielos despejados, fue el complemento perfecto para una jornada de pesca inolvidable.
Momentos anecdóticos
Uno de los momentos más curiosos del día fue cuando una barracuda mordió el señuelo justo al lado del barco, dejando ver su ferocidad y velocidad en todo su esplendor. Además, hubo una captura doble: dos barracudas mordieron los señuelos casi al mismo tiempo, lo que añadió emoción y cierta coordinación en el equipo para manejarlas simultáneamente.
Conclusión
La pesca de barracudas en Palamós durante julio es una experiencia que combina emoción, belleza y adrenalina. La costa de Palamós, con su riqueza marina y su entorno espectacular, es un destino obligatorio para cualquier pescador que busque acción y desafíos. En esta jornada, las barracudas demostraron por qué son una de las especies más codiciadas de la zona, ofreciendo una pelea emocionante y capturas dignas de recordar. Sin duda, ¡repetiremos esta experiencia el próximo verano!